Las experiencias negativas de la infancia pueden llevar a las personas a creer en teorías de conspiración.
La creencia en las teorías de la conspiración se deriva, en parte, de las experiencias negativas de la primera infancia con los cuidadores, ha demostrado una nueva investigación.
En dos estudios, Ricky Green y la profesora Karen Douglas, de la Facultad de Psicología de la Universidad de Kent, descubrió que los participantes con lo que se denomina "estilo de apego ansioso" eran más propensos a creer en las teorías de la conspiración.
Un estilo de apego ansioso se forma en la niñez cuando un cuidador está disponible de manera inconsistente. Una vez formado, este estilo de apego persevera en la edad adulta, donde colorea muchos aspectos de la vida de las personas, como sus amistades y actitudes.
La investigación encontró que los participantes con un estilo de apego ansioso no solo creían en las nociones generales de conspiración, sino también en teorías de conspiración establecidas específicas, como que la Princesa Diana fue asesinada por el Servicio Secreto Británico.
El estilo de apego ansioso también explica la creencia en las teorías de la conspiración al tiempo que toma en cuenta otros factores importantes como los sentimientos generales de desconfianza, la edad, educación y religiosidad.
Los hallazgos añaden evidencia adicional de que el apego no solo influye en cómo una persona interactúa con los demás, sino también que influye en la visión del mundo y las actitudes políticas de las personas, dicen los investigadores.