* No hay verdades absolutas: La ciencia no afirma tener verdades absolutas. En cambio, busca comprender el mundo natural a través de la observación, la experimentación y el análisis. Las teorías y explicaciones se refinan y revisan constantemente a medida que surge una nueva evidencia.
* Evidencia empírica: El conocimiento científico se basa en evidencia empírica, lo que significa que se basa en observaciones y experimentos que pueden ser repetidos y verificados por otros. Si la nueva evidencia contradice las teorías existentes, esas teorías deben ser reevaluadas o modificadas.
* Revisión por pares: El proceso científico involucra la revisión por pares, donde los expertos en una investigación de evaluación de campo antes de que se publique. Esto ayuda a garantizar que la investigación sea rigurosa y basada en la metodología sólida. Si se identifican fallas, la investigación puede ser revisada o incluso rechazada.
* Comunicación y colaboración abierta: Los científicos comparten activamente sus hallazgos y participan en discusiones abiertas con colegas. Este constante intercambio de ideas ayuda a desafiar los paradigmas existentes e impulsar el progreso científico.
* Falsifiabilidad: Las teorías científicas se consideran válidas siempre que no se falsifiquen. Esto significa que pueden ser probados y potencialmente demostrados equivocados. La capacidad de ser falsificada es una característica clave de una teoría científica.
En esencia, la ciencia es un sistema de autocorrección que prospera en el constante cuestionamiento y la revisión del conocimiento. Esta apertura para cambiar es lo que permite que la ciencia progrese y proporcione una comprensión más precisa del mundo.