1. Variación: Las personas dentro de una población exhiben variación en sus rasgos.
2. herencia: Estas variaciones son heredables, lo que significa que pueden transmitirse de los padres a la descendencia.
3. sobreproducción: Los organismos producen más descendientes de lo que pueden sobrevivir.
4. Supervivencia y reproducción diferencial: Las personas con rasgos que los hacen más adecuados para su entorno tienen más probabilidades de sobrevivir y reproducirse, transmitiendo esos rasgos favorables.
Estos cuatro principios trabajan juntos para impulsar el proceso de selección natural, lo que lleva a la evolución gradual de las poblaciones a lo largo del tiempo.