1. Grandes cantidades de polen: Rye produce una gran cantidad de polen liviano, lo que aumenta las posibilidades de que el viento lleva a otras plantas de centeno.
2. Anteras exsertadas: Las anteras (piezas portadoras de polen) de las flores de centeno sobresalen más allá de los pétalos, lo que ayuda a exponer el polen al viento.
3. Estigmas de plumas: Las flores de centeno tienen estigmas grandes y plumosos que son perfectos para atrapar el polen transmitido por el viento. Estos estigmas a menudo son pegajosos, aumentando aún más las posibilidades de que se adhieran el polen hacia ellos.
4. Flores pequeñas e discretas: Las flores de centeno son pequeñas y discretas, lo que reduce la energía necesaria para atraer polinizadores y dirige más energía hacia la producción de polen.
5. Hábito de crecimiento alto y vertical: Las plantas de centeno crecen altas y verticales, lo que permite que su polen sea transportado por el viento más fácilmente.
6. Tiempo de floración: Las flores de centeno florecen en la primavera, cuando los vientos suelen ser fuertes, aumentando aún más las posibilidades de que se transporten el polen a otras plantas.
7. Autocompatibilidad: Las plantas de centeno son autoincompatibles, lo que significa que no pueden ser fertilizadas por su propio polen. Esto fomenta la polinización cruzada y ayuda a mantener la diversidad genética en la población de centeno.
En general, estas adaptaciones funcionan juntas para hacer que las plantas de centeno sean muy eficientes en la polinización del viento.