Nitrógeno: El nitrógeno es el gas más abundante en la atmósfera terrestre. Constituye aproximadamente el 78% de la atmósfera. El nitrógeno es esencial para el crecimiento de las plantas, ya que es componente de proteínas y ácidos nucleicos.
Vapor de agua: El vapor de agua es la forma gaseosa del agua. Está presente en la atmósfera terrestre en cantidades variables, dependiendo de la temperatura y la humedad. El vapor de agua es esencial para la formación de nubes y precipitaciones, necesarias para el crecimiento de plantas y animales.
Dióxido de carbono: El dióxido de carbono es un gas de efecto invernadero que constituye aproximadamente el 0,04% de la atmósfera terrestre. Es esencial para el crecimiento de las plantas, ya que es un componente de la fotosíntesis, el proceso por el cual las plantas convierten la luz solar en energía.
Metano: El metano es un gas de efecto invernadero que constituye aproximadamente el 0,0002% de la atmósfera terrestre. Se produce por procesos naturales, como la descomposición de la materia orgánica, y por actividades humanas, como la cría de ganado y la quema de combustibles fósiles. El metano es importante porque contribuye al efecto invernadero, que es el calentamiento de la atmósfera terrestre debido a la absorción de radiación infrarroja por los gases de la atmósfera.
Ozono: El ozono es una molécula que está compuesta por tres átomos de oxígeno. Está presente en la atmósfera terrestre en cantidades variables, según la altitud. El ozono es esencial para la protección de la vida en la Tierra de la dañina radiación ultravioleta del sol.