El estudio, publicado en la revista "Nature Ecology &Evolution", proporciona una comprensión más profunda de cómo la selección natural ha dado forma al camuflaje durante millones de años y arroja luz sobre la intrincada relación entre la apariencia de un animal y su entorno.
Armonía de forma y patrón.
Los investigadores analizaron una amplia gama de animales, incluidos insectos, peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos, y descubrieron una fuerte correlación entre las formas del cuerpo de los animales y los tipos de patrones en su piel o pelaje.
Descubrieron que los animales con coloración disruptiva (patrones que rompen el contorno del cuerpo) a menudo tenían formas corporales alargadas y aerodinámicas. Esta combinación les ayudó a mezclarse con su entorno, ya que su forma y patrones trabajaron juntos para crear un efecto disruptivo, haciendo más difícil para los depredadores discernir su verdadera forma.
Por el contrario, los animales con patrones más llamativos, como rayas, manchas o barras, tendían a tener formas corporales más robustas y compactas. Estos patrones funcionaban como "marcas de destello", desviando la atención del depredador lejos de las áreas vitales del animal, como la cabeza o los órganos vitales.
La selección natural en acción
Los investigadores sugieren que estos hallazgos revelan la influencia de la selección natural en la evolución del camuflaje. Con el tiempo, los animales con formas y patrones corporales que mejor se adaptaban a sus hábitats específicos tuvieron mayores posibilidades de supervivencia y reproducción, lo que llevó a la diversificación de las estrategias de camuflaje que vemos en la naturaleza.
Por ejemplo, en ciertos hábitats, como bosques densos o pastos altos, una coloración disruptiva combinada con una forma corporal aerodinámica ofrecía el mejor camuflaje. Esto explica por qué muchos animales en estos hábitats han desarrollado cuerpos alargados y piel moteada o moteada.
En ambientes abiertos como sabanas o desiertos, donde los animales están más expuestos, los patrones llamativos y las formas corporales más robustas fueron más efectivos. Esto se debe a que las marcas de destello pueden asustar o confundir a los depredadores, dándoles a los animales la oportunidad de escapar.
Los investigadores creen que sus hallazgos tienen implicaciones para comprender las estrategias de supervivencia de diferentes especies y las complejas interacciones entre depredadores y presas. Al desentrañar el intrincado vínculo entre la forma del cuerpo y los patrones de camuflaje, esta investigación contribuye a nuestro conocimiento de la fascinante diversidad y adaptaciones que se encuentran en el mundo natural.