- Temporada extendida de polen: El aumento de las temperaturas está provocando que las plantas florezcan antes y durante más tiempo. Esto significa que las temporadas de polen son cada vez más largas, lo que expone a las personas con alergias al polen durante más tiempo.
- Aumento de la producción de polen: Las temperaturas más altas y los niveles atmosféricos de dióxido de carbono (CO2) estimulan el crecimiento de las plantas y la producción de polen. Algunos estudios han proyectado un aumento en la producción de polen de hasta un 200% para finales de siglo.
- Polene más potente: El cambio climático puede provocar un aumento de la concentración de alérgenos por grano de polen. Los niveles más altos de CO2 se han relacionado con una mayor síntesis de proteínas en las plantas, incluida la producción de proteínas alergénicas.
- Cambios en la dispersión del polen: Los patrones climáticos alterados, como vientos más fuertes, pueden propagar el polen a mayores distancias, afectando a personas que tal vez no hayan estado expuestas previamente a alérgenos específicos.
- Efecto isla de calor urbano: Las ciudades tienden a ser más cálidas que las zonas rurales circundantes debido a la concentración de edificios y superficies pavimentadas. Este efecto de "isla de calor urbana" puede intensificar la producción de polen y empeorar los síntomas de la fiebre del heno.
- Mayor exposición a alérgenos: Con temperaturas más cálidas, es probable que las personas pasen más tiempo al aire libre realizando actividades que aumentan la exposición al polen, como jardinería, senderismo o deportes.
- Interacciones con la contaminación del aire: Los aumentos de la contaminación del aire relacionados con el cambio climático, como el smog y el ozono, pueden irritar e inflamar aún más las vías respiratorias, exacerbando los síntomas de la fiebre del heno.
Como resultado de estos factores, la fiebre del heno se está convirtiendo en un problema de salud pública cada vez más importante, que afecta no sólo a personas con alergias existentes sino que también aumenta el riesgo de desarrollar alergias en quienes antes no estaban afectados.