Para otros, el horror puede ser una fuente de consuelo y familiaridad. Interactuar con contenido aterrador puede proporcionar una salida segura para explorar y gestionar los miedos, permitiendo a las personas tener una sensación de control sobre sus emociones. Además, el terror se puede compartir como una experiencia social, creando una sensación de conexión y vínculo entre quienes lo disfrutan juntos.
Sin embargo, es fundamental señalar que no todo el mundo vive el horror de forma positiva. Para algunas personas, el contenido de terror puede resultar abrumador y angustioso, provocando ansiedad, miedo o incluso trauma. Siempre es recomendable evaluar sus propias sensibilidades y determinar qué niveles de horror son apropiados y agradables para usted.
En general, si el terror te hace feliz o no es una preferencia personal. Es importante abordar el contenido de terror de forma consciente y comprendiendo sus propios límites emocionales para garantizar una experiencia positiva y agradable.