Un nuevo estudio ha descubierto que la forma en que las personas leen la Biblia está influenciada por el nivel educativo de sus compañeros feligreses. El estudio, realizado por un investigador de la Universidad de Notre Dame, encontró que las personas que adoran con personas con mayor nivel educativo tienden a interpretar la Biblia de una manera más figurativa y simbólica, mientras que aquellos que adoran con personas menos educadas tienden a interpretar la Biblia. más literalmente.
El investigador Christian Smith encuestó a más de 1.000 estadounidenses sobre sus creencias y prácticas religiosas. Encontró que las personas que asisten a iglesias donde la mayoría de los miembros tienen títulos universitarios tienen más probabilidades de creer que la Biblia no es literalmente cierta, sino que es una colección de historias y parábolas que enseñan verdades morales. Por el contrario, las personas que asisten a iglesias donde la mayoría de los miembros no tienen títulos universitarios tienen más probabilidades de creer que la Biblia es literalmente verdadera y que debe interpretarse de manera sencilla.
Smith sostiene que esta diferencia en la interpretación se debe al hecho de que las personas con educación superior tienen más probabilidades de estar familiarizadas con las herramientas y técnicas de la erudición bíblica, que les permiten ver la Biblia de una manera más matizada y sofisticada. Por el contrario, las personas con menor educación tienen más probabilidades de confiar en sus propias experiencias personales y en las enseñanzas de sus pastores al interpretar la Biblia, lo que puede conducir a una comprensión más literal y estrecha.
El estudio de Smith tiene implicaciones sobre cómo pensamos sobre el papel de la educación en la vida religiosa. Sugiere que la educación puede ayudar a las personas a desarrollar una comprensión más sofisticada y matizada de su religión, y que esto puede conducir a una fe más vibrante y significativa.
Implicaciones para la educación religiosa
El estudio de Smith tiene implicaciones importantes para la educación religiosa. Sugiere que debemos encontrar formas de hacer que la educación religiosa sea más accesible para personas de todos los niveles educativos. Necesitamos brindar oportunidades para que las personas aprendan sobre las herramientas y técnicas de la erudición bíblica y desarrollen las habilidades de pensamiento crítico que necesitan para interpretar la Biblia de una manera matizada y sofisticada.
También debemos ser sensibles a las diferentes maneras en que la gente interpreta la Biblia. Necesitamos evitar menospreciar a quienes interpretan la Biblia literalmente y debemos estar abiertos a aprender desde sus perspectivas. Al entablar un diálogo respetuoso con personas de diferentes orígenes educativos, podemos llegar a una comprensión más profunda y completa de la Biblia y nuestra fe.
Conclusión
El estudio de Smith nos recuerda que la forma en que leemos la Biblia no es una cuestión de preferencia personal. Está moldeado por nuestra cultura, nuestra educación y nuestro contexto social. Al comprender los factores que influyen en la interpretación bíblica, podemos ser más conscientes de nuestros propios prejuicios y estar más abiertos a aprender de los demás. Esto puede conducir a una fe más vibrante y significativa.