Para algunas especies, cambiar su área de distribución puede ser la mejor opción. Esto es especialmente cierto para especies que son muy móviles o que tienen una amplia gama de hábitats. Por ejemplo, muchas especies de aves han podido desplazar sus áreas de distribución hacia el norte a medida que el clima se ha calentado.
Es posible que otras especies no puedan cambiar su área de distribución debido a barreras como montañas u océanos. Para estas especies, la adaptación puede ser la única opción. La adaptación puede adoptar muchas formas, como cambios de comportamiento, fisiología o genética. Por ejemplo, algunas plantas han desarrollado la capacidad de tolerar temperaturas más altas, mientras que algunos animales han cambiado sus patrones de reproducción para evitar los meses más calurosos del año.
La decisión de cambiar o adaptarse es compleja y no hay una respuesta fácil. Para algunas especies, cambiar su área de distribución puede ser la mejor opción, mientras que para otras, la adaptación puede ser la única forma de sobrevivir.