En la película clásica de Stanley Kubrick, Dr. Strangelove o:Cómo aprendí a dejar de preocuparme y amar la bomba (1964), el científico loco ficticio Dr. Strangelove propone una solución ingeniosa a la amenaza de una guerra nuclear:el Dispositivo del Juicio Final. Esta máquina, enterrada bajo tierra y controlada remotamente, está diseñada para acabar inmediatamente con toda la vida en la Tierra si alguna potencia importante se involucra en un conflicto nuclear. La idea es que la perspectiva de una aniquilación segura disuadiría a cualquier país de iniciar una guerra nuclear en primer lugar. Si bien es una premisa provocativa para una sátira de la Guerra Fría, el concepto de destrucción mutua asegurada (MAD) tiene implicaciones en el mundo real para el cambio climático.
El cambio climático se cita a menudo como una amenaza existencial para la humanidad. El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), el principal organismo internacional para evaluar la ciencia climática, ha enfatizado repetidamente la necesidad de tomar medidas urgentes para mitigar el cambio climático y limitar el calentamiento global a niveles seguros.
Los efectos del cambio climático, incluidos fenómenos meteorológicos cada vez más graves, el aumento del nivel del mar y la alteración de los ecosistemas, tienen el potencial de causar sufrimiento humano generalizado y caos económico. Algunos científicos han sugerido que el potencial del cambio climático para amenazar a la civilización humana es comparable a la amenaza que representa una guerra nuclear.
Las implicaciones de una comparación entre el cambio climático y la guerra nuclear no pueden descartarse fácilmente. Si el cambio climático se trata como una amenaza existencial, surge la pregunta de si se podría aplicarle una doctrina similar a la MAD.
En el caso del cambio climático, el paralelo con la MAD requeriría que los países acordaran un "dispositivo climático apocalíptico", es decir, un mecanismo que garantizaría daños severos e irreversibles al medio ambiente si se alcanzan ciertos umbrales clave, como el exceso de gases de efecto invernadero. tasas de emisiones o de deforestación.
De manera similar a la lógica de la disuasión nuclear, la idea detrás de un Dispositivo del Juicio Final climático sería crear una situación en la que ningún país se atrevería a participar en actividades que contribuyan significativamente al cambio climático, por temor a las posibles consecuencias.
Sin embargo, a diferencia del concepto de disuasión nuclear, implementar un dispositivo apocalíptico climático de este tipo sería intrínsecamente difícil. Si bien las armas nucleares pueden diseñarse y desplegarse con capacidades y consecuencias relativamente bien comprendidas, los procesos climáticos son complejos y sus efectos a largo plazo suelen ser inciertos.
Establecer umbrales precisos y determinar cómo aplicarlos en ausencia de una autoridad global centralizada se vuelve increíblemente desafiante. Además, las consideraciones éticas y morales de causar un daño ambiental irreversible como estrategia de último recurso son muy polémicas.
Sin embargo, el concepto de emplear la destrucción mutua asegurada como medio para impedir una degradación ambiental catastrófica plantea preguntas interesantes sobre los límites de nuestras responsabilidades para con las generaciones futuras y el planeta que habitamos.
Si bien puede parecer una idea descabellada, subraya la necesidad urgente de encontrar enfoques innovadores y transformadores para abordar el desafío global del cambio climático. En última instancia, la mejor solución no reside en confiar en hipotéticos dispositivos apocalípticos, sino en fomentar la cooperación internacional, promover tecnologías limpias y cambiar nuestros comportamientos colectivos para asegurar un futuro sostenible para nuestro planeta.