El aumento del nivel del mar está sumergiendo lentamente sitios costeros que alguna vez fueron hogar de plantas y animales extintos. El aumento de las temperaturas está derritiendo el permafrost, lo que puede provocar la pérdida de artefactos antiguos conservados en su interior. Los cambios en los patrones de precipitación pueden erosionar las placas de hielo que alguna vez protegieron las reliquias de la Edad del Hielo. Los factores naturales como los cambios en los patrones climáticos y las actividades humanas como la caza excesiva y la contaminación también contribuyen a la vulnerabilidad de estos sitios.