Además, las mujeres maltratadas pueden sentir un sentimiento de lealtad y responsabilidad hacia sus mascotas, y es posible que no puedan imaginarse abandonándolas. Las mascotas pueden brindar consuelo y compañía a las víctimas de abuso y pueden ser vistas como parte de la familia. Dejar una relación abusiva significaría dejar atrás no sólo al abusador, sino también a las mascotas que se han convertido en una parte importante de la vida de la víctima.
Otras razones por las que las mujeres maltratadas pueden optar por quedarse incluyen el miedo a represalias, la dependencia financiera del abusador o la falta de opciones de vivienda segura. Estas cuestiones complejas requieren un enfoque multifacético, que incluya servicios de apoyo tanto para humanos como para animales, para ayudar a las mujeres a salir de relaciones abusivas de forma segura.