El potencial para el establecimiento de la mosca blanca de los invernaderos (Trialeurodes vaporariorum) en la naturaleza depende en gran medida de varios factores:
1. Adecuación climática: Las moscas blancas de los invernaderos prosperan en ambientes cálidos y húmedos. Su rango de temperatura óptimo es entre 20 y 30 grados Celsius (68 a 86 grados Fahrenheit). En regiones con condiciones climáticas adecuadas, pueden sobrevivir y reproducirse al aire libre. Sin embargo, su capacidad para pasar el invierno y tolerar temperaturas extremas puede limitar su establecimiento en regiones más frías.
2. Disponibilidad de la planta anfitriona: Las moscas blancas de los invernaderos tienen una amplia gama de plantas hospedantes, incluidos cultivos de hortalizas, ornamentales y malezas. La disponibilidad de plantas hospedantes adecuadas en el medio silvestre puede influir en su supervivencia y crecimiento poblacional. Si hay abundantes plantas hospedantes disponibles, pueden establecer colonias y reproducirse, aumentando sus posibilidades de persistencia en la naturaleza.
3. Enemigos naturales y competencia: En los ecosistemas naturales, existen varios enemigos naturales que pueden regular las poblaciones de mosca blanca de los invernaderos, incluidos insectos depredadores, avispas parásitas y hongos patógenos. La presencia y abundancia de estos enemigos naturales puede limitar la capacidad de la plaga para establecerse y propagarse en el medio silvestre. La competencia con otras especies de mosca blanca ya presentes en la naturaleza también puede afectar su éxito.
4. Capacidad de dispersión: Las moscas blancas de los invernaderos tienen una buena capacidad de dispersión, ayudada principalmente por el viento y las actividades humanas, como el transporte de material vegetal infestado. Pueden extenderse a largas distancias, aumentando la probabilidad de su introducción en nuevas áreas y su posible establecimiento.
En base a estos factores, es posible que las moscas blancas de los invernaderos se establezcan en la naturaleza, particularmente en regiones con condiciones climáticas adecuadas, abundantes plantas hospedantes y enemigos naturales limitados. Sin embargo, su supervivencia a largo plazo y su impacto en los ecosistemas nativos dependerían de las complejas interacciones y dinámicas del entorno natural.