Plantas tóxicas: Algunas plantas producen toxinas que pueden ser dañinas o incluso fatales para humanos y animales. Los ejemplos incluyen la hiedra venenosa, el roble venenoso, la dedalera y muchas especies de hongos. Las toxinas de estas plantas pueden causar una variedad de síntomas, que incluyen erupciones cutáneas, problemas respiratorios e incluso la muerte.
Plantas alergénicas: Algunas plantas producen polen u otras sustancias que pueden provocar alergias en algunas personas. Los ejemplos incluyen ambrosía, polen y hiedra venenosa. Las alergias a estas plantas pueden causar una variedad de síntomas, como estornudos, secreción nasal, picazón en los ojos e incluso ataques de asma.
Plantas puntiagudas: Algunas plantas tienen espinas, espinas u otras estructuras afiladas que pueden causar dolor y lesiones. Los ejemplos incluyen cactus, rosas y cardos. Estas plantas pueden ser particularmente peligrosas para los niños y las mascotas que accidentalmente pueden entrar en contacto con ellas.
Plantas que se propagan agresivamente: Algunas plantas se propagan rápida y agresivamente, ocupando grandes áreas y desplazando a otras plantas. Los ejemplos incluyen el kudzu, el nudo japonés y algunos pastos invasores. Estas plantas pueden ser difíciles de controlar y pueden causar daños importantes a los ecosistemas.