Las plantas pueden reparar el daño de los rayos UV: Si las plantas resultan dañadas por la radiación ultravioleta, tienen la capacidad de reparar el daño. Esto se hace mediante un proceso llamado fotorreparación, que implica el uso de enzimas para reparar el ADN dañado.
Las plantas tienen una cutícula gruesa: La cutícula es una capa cerosa que recubre la superficie de las hojas de las plantas. Esta capa ayuda a proteger las hojas de la pérdida de agua y también ayuda a bloquear la radiación ultravioleta.
Las plantas pueden ajustar el ángulo de sus hojas: Algunas plantas pueden ajustar el ángulo de sus hojas para evitar la luz solar directa. Esta es una adaptación importante para las plantas que viven en áreas con altos niveles de radiación ultravioleta.
Si bien las plantas tienen una serie de adaptaciones que ayudan a protegerlas del sol, aún así pueden resultar dañadas por la radiación ultravioleta. Por este motivo, es importante proteger las plantas de la exposición excesiva al sol, especialmente durante las horas más calurosas del día.