- Modo de dispersión :Algunas especies invasoras pueden dispersarse por sí solas, mientras que otras dependen de la actividad humana u otros vectores para su dispersión. Por ejemplo, los pájaros y los insectos pueden volar largas distancias, mientras que las plantas y los animales que viven en el agua pueden ser transportados por las corrientes.
- Preferencias de hábitat :Las preferencias de hábitat de una especie invasora también pueden afectar su distancia de dispersión. Por ejemplo, las especies que pueden adaptarse a una amplia gama de hábitats tienen más probabilidades de propagarse que las especies que están restringidas a hábitats específicos.
- Competencia :La presencia de otras especies, incluidas especies nativas y otras especies invasoras, también puede afectar la distancia de dispersión de una especie invasora. Por ejemplo, si una especie invasora es capaz de superar a las especies nativas, es posible que pueda propagarse más rápidamente.
- Cambio climático :El cambio climático también puede afectar la distancia de dispersión de las especies invasoras. Por ejemplo, si una especie es capaz de tolerar temperaturas más cálidas o condiciones climáticas más extremas, es posible que pueda propagarse a nuevas áreas que antes eran inhóspitas.
Dados los muchos factores que pueden afectar la distancia de dispersión de las especies invasoras, es difícil generalizar sobre qué tan lejos pueden viajar. Sin embargo, algunas especies invasoras bien conocidas se han extendido por continentes enteros o incluso por todo el mundo. Por ejemplo, el diente de león común (Taraxacum officinale) se encuentra ahora en todos los continentes excepto la Antártida, mientras que la rata parda (Rattus norvegicus) se ha extendido a casi todas las ciudades portuarias importantes del mundo.