Las flores se originaron hace aproximadamente 140-150 millones de años durante el período Jurásico tardío. Su evolución está estrechamente ligada a la diversificación de los insectos, principalmente escarabajos y abejas, que actuaban como polinizadores a cambio del néctar producido por las flores. Esta relación mutuamente beneficiosa impulsó el desarrollo de estructuras florales cada vez más sofisticadas y condujo al surgimiento de diferentes especies de flores que encontramos hoy.