La noción de que la ciencia ciudadana podría cambiar directa o singularmente el curso de la crisis de la biodiversidad, incluida la prevención de extinciones o la promoción de la biodiversidad, puede requerir una evaluación y un contexto cautelosos. Sin duda, la ciencia ciudadana puede generar datos valiosos, informar medidas de conservación, involucrar a las partes interesadas públicas y crear conciencia, pero es posible que no aborde completamente todas las causas subyacentes de la crisis de extinción. Las prácticas de conservación son multifacéticas y requieren la colaboración entre científicos, formuladores de políticas, administradores de tierras/recursos, comunidades y diversas organizaciones centradas en la conservación y la administración.