En este estudio, los investigadores expusieron a las moscas del vinagre a una combinación de olores, incluido un olor agradable (acetato de etilo) y un olor repelente (salicilato de metilo). Descubrieron que la presencia del olor repelente reducía significativamente la atracción de las moscas por el olor agradable. Esto sugiere que el olor repelente interfirió con la capacidad de las moscas para detectar o percibir el olor agradable.
Para comprender mejor este fenómeno, los investigadores investigaron los mecanismos neuronales que subyacen a la interacción entre estos olores. Descubrieron que el olor repelente activaba un grupo específico de neuronas en el cerebro de las moscas del vinagre, que eran responsables de procesar estímulos aversivos o desagradables. Esta activación conducía a la inhibición de otro grupo de neuronas que participaban en el procesamiento de estímulos atractivos o placenteros.
Este estudio proporciona información sobre las complejas interacciones entre diferentes olores y sus efectos sobre el comportamiento y la actividad neuronal de las moscas del vinagre. Destaca la importancia de considerar olores atractivos y repelentes al comprender la ecología sensorial y el comportamiento de los insectos, lo que podría tener implicaciones para el manejo de plagas y otras áreas relacionadas.