¿Obra de Dios o del hombre? Los habitantes de Luisiana azotados por la tormenta no están seguros
Mientras el huracán Laura azotaba Estados Unidos, los residentes desde Texas hasta el Panhandle de Florida se preparaban para una de las tormentas más fuertes que azotaría la región en varios años. Con vientos máximos sostenidos de 150 millas por hora, la marejada ciclónica de Laura (el aumento del nivel del mar que a veces precede a los ciclones) alcanzó hasta 15 pies en tierra, inundando comunidades costeras de Luisiana, incluida Cameron Parish.1 Cuando finalmente el huracán de categoría 4 Tras su partida, esas comunidades enfrentaron una pérdida asombrosa que requeriría los esfuerzos concertados de individuos, organizaciones locales y autoridades gubernamentales. Para la mayoría de los estadounidenses, ya sea afectados por la devastación de primera mano o observando desde lejos, los catastróficos resultados de Laura exigieron algún tipo de explicación o atribución de responsabilidad.