El estudio, publicado en la revista "Current Biology", encontró que los barcos de avistamiento de ballenas en el Golfo de Maine hacían que las ballenas francas del Atlántico Norte aumentaran su frecuencia cardíaca y alteraran sus patrones de natación. Los investigadores afirman que estos cambios podrían tener consecuencias negativas para las ballenas, que ya están en peligro de extinción.
"Descubrimos que la presencia de barcos de observación de ballenas hacía que las ballenas francas mostraran signos de estrés, incluido un aumento de la frecuencia cardíaca y cambios en el comportamiento de natación", dijo el autor principal del estudio, el Dr. Peter Corkeron, científico investigador del Acuario de Nueva Inglaterra. "Estos cambios podrían tener consecuencias negativas para las ballenas, como una menor eficiencia alimentaria, un mayor gasto de energía y un menor éxito reproductivo".
Los investigadores realizaron el estudio conectando monitores de frecuencia cardíaca y dispositivos de seguimiento GPS a las ballenas francas del Atlántico norte. Luego rastrearon los movimientos y la frecuencia cardíaca de las ballenas en relación con la presencia de barcos de observación de ballenas.
Los resultados mostraron que la frecuencia cardíaca de las ballenas aumentaba significativamente cuando estaban a menos de 1.000 metros (3.280 pies) de un barco de observación de ballenas. Las ballenas también cambiaron sus patrones de nado, nadando más rápido y de forma más errática.
Los investigadores dicen que la respuesta al estrés de las ballenas probablemente se deba al ruido y las molestias causadas por los barcos de observación de ballenas. Los motores, las hélices y los pasajeros de los barcos pueden generar mucho ruido, lo que puede resultar estresante para las ballenas. Los barcos también pueden alterar el comportamiento normal de las ballenas, dificultándoles su alimentación y reproducción.
Los hallazgos del estudio tienen implicaciones para la gestión de las actividades de observación de ballenas. Los investigadores recomiendan que los operadores de observación de ballenas tomen medidas para reducir el estrés de las ballenas, como mantenerse a una distancia segura de las ballenas, evitar cambios repentinos de velocidad o dirección y limitar el número de embarcaciones en un área determinada.
"Necesitamos encontrar maneras de equilibrar las necesidades de la industria de la observación de ballenas con la necesidad de proteger a estos animales en peligro de extinción", afirmó Corkeron. "Nuestro estudio proporciona información importante que puede ayudarnos a lograrlo".