1. Raíces profundas: Un sistema de raíces extenso y bien desarrollado es crucial para la resistencia a la sequía. Las raíces profundas permiten que las plantas accedan al agua almacenada en lo profundo del perfil del suelo, donde puede que no esté disponible para otras plantas.
2. Hojas cerosas: Muchas plantas resistentes a la sequía tienen hojas cubiertas por una cutícula cerosa, lo que reduce la pérdida de agua por transpiración (el proceso por el cual las plantas pierden vapor de agua a través de sus estomas).
3. Cutícula de hojas gruesas: Una cutícula gruesa de la hoja, formada por múltiples capas de células, reduce aún más la pérdida de agua.
4. Tamaño de hoja reducido: Algunas plantas reducen el tamaño de sus hojas durante condiciones de sequía para minimizar la pérdida de agua. Las hojas más pequeñas tienen una superficie menor a través de la cual el agua puede evaporarse.
5. Control de estomas: Las plantas resistentes a la sequía pueden poseer una alta densidad de estomas que pueden abrirse y cerrarse efectivamente en respuesta a las condiciones ambientales cambiantes, conservando agua durante los períodos secos.
6. Metabolismo del ácido crasuláceo (CAM): Ciertas plantas, particularmente las suculentas como los cactus y muchas plantas del desierto, utilizan la fotosíntesis CAM, que les permite abrir sus estomas por la noche cuando las temperaturas son más frías y se reduce la pérdida de agua, lo que reduce la pérdida de agua.
7. Plegado de hojas: Algunas plantas pueden doblar sus hojas hacia adentro, exponiendo menos superficie foliar para reducir la pérdida de agua. Esta es una respuesta temporal a la sequía.
8. Semillas tolerantes a la sequía: Algunas plantas producen semillas que son tolerantes a la desecación y pueden seguir siendo viables incluso después de períodos prolongados sin agua. Estas semillas permiten que la planta sobreviva y germine cuando haya humedad disponible.
9. Estructuras de almacenamiento de agua: Las plantas como los cactus almacenan agua en tejidos especializados como tallos, hojas o raíces, lo que les permite sobrevivir con una mínima cantidad de agua durante largos períodos.
10. Raíces poco profundas y extendidas: Algunas plantas tienen raíces laterales poco profundas pero extensas que les permiten absorber rápidamente agua de fuentes efímeras de agua en ambientes áridos.
11. Crecimiento rápido en respuesta a las precipitaciones: En hábitats efímeros con lluvias estacionales, algunas plantas desarrollaron estrategias de crecimiento rápido, completando su ciclo de vida desde la germinación de las semillas hasta su formación en un período corto cuando hay agua disponible.
12. Abscisión de hojas: En condiciones de sequía extrema, las plantas pueden perder sus hojas para reducir la superficie y minimizar la pérdida de agua. Las hojas nuevas pueden volver a crecer cuando las condiciones mejoran.
La resistencia a la sequía es una combinación de estos y otros rasgos adaptativos que las plantas han desarrollado a lo largo del tiempo en respuesta a condiciones ambientales duras y secas. Estas características permiten a las plantas tolerar la escasez de agua, conservarla y mantener el crecimiento y la supervivencia, lo que les permite prosperar incluso en entornos áridos y desafiantes.