1. Competencia con especies nativas:Los hámsteres y jerbos, si son liberados o escapan a la naturaleza, pueden competir con roedores y pequeños mamíferos nativos australianos por alimento y hábitat. Esta competencia puede provocar desplazamientos y disminución de la población de especies nativas.
2. Vector de enfermedades:los hámsteres y los jerbos pueden portar y transmitir diversas enfermedades que podrían no estar presentes en Australia. Estas enfermedades pueden infectar tanto a los humanos como a la vida silvestre nativa, causando potencialmente impactos significativos en la salud animal y los ecosistemas.
3. Depredadores de animales nativos:Se sabe que los hámsteres y los jerbos son depredadores o carroñeros oportunistas. Si escapan o establecen poblaciones salvajes, pueden cazar insectos, aves y reptiles, alterando el equilibrio natural y provocando una disminución de la población de especies nativas vulnerables.
4. Daño a los hábitats:Las actividades de excavación de hámsteres y jerbos pueden alterar y dañar la vegetación y los ecosistemas nativos. Esto puede incluir cavar madrigueras en áreas sensibles, dañar los sistemas de raíces de las plantas y alterar las estructuras del suelo, lo que puede afectar la biodiversidad y la salud ecológica en general.
5. Hibridación con especies nativas:en ciertos casos, los hámsteres y jerbos escapados o salvajes pueden cruzarse con especies nativas de roedores, lo que lleva a la hibridación. Esta hibridación puede diluir la integridad genética y el carácter distintivo de las especies nativas, comprometiendo potencialmente su trayectoria evolutiva y su adaptación al entorno local.
6. Transmisión de Zoonosis:Tanto los hámsteres como los jerbos pueden ser portadores de bacterias y virus que pueden provocar enfermedades transmisibles a los humanos. Esto supone un riesgo potencial para la salud pública, especialmente cuando se establece contacto con estas mascotas sin practicar las medidas de higiene adecuadas.
7. Alteración ecológica:los hámsteres y los jerbos pueden ser portadores de parásitos y patógenos que no se encuentran naturalmente en los ecosistemas australianos. Esto puede alterar el delicado equilibrio de las comunidades ecológicas y potencialmente conducir a la propagación de nuevas enfermedades o parásitos entre la vida silvestre nativa.
8. Riesgo de incendio:Los hámsteres y jerbos almacenan comida y ropa de cama en sus madrigueras, lo que crea un riesgo potencial de incendio en áreas de matorrales durante condiciones cálidas y secas. Los incendios iniciados por estos animales podrían causar daños importantes a los hábitats nativos, la vegetación y la biodiversidad.
Debido a estos riesgos potenciales, Australia tiene estrictas normas de bioseguridad para evitar la importación y liberación de especies no nativas, incluidos hámsteres y jerbos como mascotas. Estas medidas son vitales para preservar los ecosistemas únicos y frágiles del país. En cambio, se anima a disfrutar y observar la vida silvestre nativa de Australia en sus hábitats naturales o en parques y santuarios de vida silvestre acreditados.