La lactosa es el azúcar que se encuentra en la leche y no es digerible para la mayoría de los humanos después de la infancia. Sin embargo, algunas poblaciones de humanos han desarrollado mutaciones que les permiten digerir la lactosa en la edad adulta. Se cree que estas mutaciones surgieron en respuesta al desarrollo de la producción lechera, que permitió a los humanos consumir una nueva fuente de nutrientes.
El estudio analizó el ADN de los antiguos tibetanos que vivieron hace entre 4.500 y 1.100 años. Los investigadores descubrieron que una mutación que permite la tolerancia a la lactosa estaba presente en el 90% de los antiguos tibetanos. Esto sugiere que los antiguos tibetanos eran principalmente pastores que dependían de la leche y los productos lácteos para su sustento.
El estudio también encontró que la mutación de la tolerancia a la lactosa estaba presente en un porcentaje mayor de los antiguos tibetanos que en los tibetanos modernos. Esto sugiere que la prevalencia de la tolerancia a la lactosa en el Tíbet ha disminuido con el tiempo, posiblemente como resultado de cambios en la dieta y el estilo de vida.
El estudio proporciona nuevos conocimientos importantes sobre la historia evolutiva de la tolerancia a la lactosa en humanos. También destaca la importancia de la producción lechera en el desarrollo de la civilización humana.