Hibernación: Durante la hibernación, los murciélagos entran en un estado similar al sueño profundo, caracterizado por una temperatura corporal, frecuencia cardíaca y respiración significativamente reducidas. Su metabolismo se ralentiza considerablemente, lo que les permite conservar energía. Los murciélagos encuentran sitios adecuados para hibernar, a menudo cuevas, árboles huecos o grietas, donde cuelgan boca abajo y entran en este estado durante períodos prolongados.
Entorpecimiento: Similar a la hibernación, el letargo es un estado temporal de temperatura corporal y actividad metabólica reducidas. Sin embargo, los murciélagos que entran en letargo se despiertan con más frecuencia que los murciélagos que hibernan. Esto les permite conservar energía y al mismo tiempo responder a las condiciones ambientales cambiantes. Los murciélagos entrarán en letargo durante períodos más cortos durante la noche para conservar energía entre episodios de actividad. Se despiertan del letargo y reanudan su actividad normal cuando las condiciones son más favorables.
Tanto durante la hibernación como durante el letargo, los murciélagos dependen de las reservas de grasa que acumularon durante los meses más cálidos. Periódicamente se despiertan durante estos estados para beber agua y orinar, pero su actividad general y su gasto energético son mínimos, lo que les permite sobrevivir incluso con una disponibilidad limitada de alimentos.
Sin embargo, la disponibilidad de sitios adecuados para la hibernación o el letargo es crucial para la supervivencia de los murciélagos durante los fríos meses de invierno. Las perturbaciones en estos sitios, como las actividades humanas que alteran o destruyen los lugares de descanso naturales, pueden plantear desafíos importantes para las poblaciones de murciélagos.