Los investigadores crearon una serie de macetas impresas en 3D utilizando una variedad de formas, tamaños y texturas superficiales diferentes. Luego pidieron a participantes de diferentes orígenes culturales que calificaran los recipientes en una escala del 1 al 7, siendo 1 "muy culturalmente distinto" y 7 "muy culturalmente similar".
Los resultados mostraron que los participantes pudieron identificar con precisión los orígenes culturales de las vasijas en función de su forma. Por ejemplo, los participantes de Asia Oriental eran más propensos a calificar las ollas con boca ancha y base plana como culturalmente distintas, mientras que los participantes de Europa tenían más probabilidades de calificar las ollas con boca estrecha y base redonda como culturalmente distintas.
Los investigadores creen que los resultados de su experimento proporcionan evidencia de la teoría de las "posibilidades culturales", que afirma que el entorno en el que se desarrolla una cultura moldea la forma en que la cultura se expresa. En el caso de la cerámica, las posibilidades del medio ambiente incluyen la disponibilidad de ciertos materiales, el clima y la organización social de la sociedad.
Todos estos factores desempeñan un papel en la configuración de las formas de cerámica que se producen y también pueden explicar por qué las formas de cerámica son culturalmente distintas.
Los investigadores esperan que sus hallazgos ayuden a arrojar luz sobre la evolución de la cerámica y el papel que desempeña en la cultura humana.