Las diatomeas pueden sobrevivir en una amplia gama de condiciones de luz, desde muy poca hasta mucha luz. Lo hacen cambiando la cantidad de clorofila en sus células. La clorofila es un pigmento verde que absorbe la energía luminosa y la utiliza para realizar la fotosíntesis. Cuando los niveles de luz son bajos, las diatomeas producen más clorofila para poder capturar más energía luminosa. Cuando los niveles de luz son altos, las diatomeas producen menos clorofila para no recibir demasiada energía luminosa y dañar sus células.
Además de cambiar la cantidad de clorofila en sus células, las diatomeas también pueden cambiar la forma de sus frústulos. Cuando los niveles de luz son bajos, las diatomeas producen frústulos más redondeados. Esto les permite capturar más energía luminosa desde todas las direcciones. Cuando los niveles de luz son altos, las diatomeas producen frústulos más aplanados. Esto ayuda a reducir la cantidad de energía luminosa que capturan y también ayuda a protegerlos de daños.
La capacidad de las diatomeas para adaptarse a condiciones de luz fluctuantes es esencial para su supervivencia. Les permite vivir en una amplia gama de entornos, desde el océano abierto hasta las profundidades del mar. Las diatomeas son un componente clave del ecosistema marino y su capacidad para adaptarse a las condiciones de luz cambiantes ayuda a garantizar que sigan siendo un actor importante en el futuro.