El humo es una mezcla de estas moléculas más pequeñas, junto con otras partículas como cenizas y hollín. El color del humo depende del tipo de combustible que se quema. Por ejemplo, el humo de leña suele ser blanco o gris, mientras que el humo de petróleo es negro.
El humo también se produce cuando no hay suficiente oxígeno disponible para una combustión completa. Esto puede ocurrir en un espacio cerrado, como una habitación o una chimenea, o cuando el combustible está demasiado húmedo. Cuando no hay suficiente oxígeno, el combustible no se quema completamente y se produce más humo.
El humo puede ser perjudicial para la salud humana, especialmente si se inhala. El humo contiene una serie de contaminantes, como monóxido de carbono, dióxido de nitrógeno y partículas. Estos contaminantes pueden irritar los ojos, la nariz y la garganta y también pueden causar problemas respiratorios como asma y bronquitis. Además, el humo puede contener sustancias químicas cancerígenas.