Los investigadores creen que el sesgo hacia la izquierda puede ser una adaptación evolutiva que ayuda a las hormigas a evitar perderse. Al girar constantemente hacia la izquierda, las hormigas pueden crear un mapa mental de su entorno y realizar un seguimiento de dónde han estado. Esta estrategia es particularmente útil en entornos complejos, como bosques o madrigueras subterráneas, donde los puntos de referencia pueden ser escasos.
El estudio también encontró que el sesgo hacia la izquierda era más pronunciado en las hormigas más jóvenes que en las más viejas. Esto sugiere que el sesgo puede ser un comportamiento aprendido, más que innato. Los investigadores especulan que las hormigas jóvenes pueden aprender el sesgo hacia la izquierda de las hormigas más viejas, o pueden simplemente desarrollarlo a través de sus propias experiencias.
El sesgo izquierdo en las hormigas es un ejemplo fascinante de cómo los animales utilizan estrategias espaciales para navegar en su entorno. Este sesgo puede proporcionar información sobre la evolución de la navegación y la cognición espacial en otros animales, incluidos los humanos.