Por ejemplo, la malaria es una enfermedad transmitida por mosquitos que actualmente se encuentra en regiones tropicales y subtropicales. A medida que el cambio climático haga que aumenten las temperaturas en estas regiones, los mosquitos podrán sobrevivir en nuevas áreas y la enfermedad podrá propagarse a nuevas poblaciones.
El dengue es otra enfermedad transmitida por mosquitos que actualmente se encuentra en regiones tropicales y subtropicales. A medida que el cambio climático haga que aumenten las temperaturas en estas regiones, los mosquitos podrán sobrevivir en nuevas áreas y la enfermedad podrá propagarse a nuevas poblaciones.
La enfermedad de Lyme es una infección bacteriana que se transmite a los humanos a través de las garrapatas. A medida que el cambio climático haga que aumenten las temperaturas en las regiones templadas, las garrapatas podrán sobrevivir en nuevas áreas y la enfermedad podrá propagarse a nuevas poblaciones.
Además de estas tres enfermedades, también se prevé que el cambio climático altere la distribución geográfica de muchas otras enfermedades transmitidas por vectores, como la fiebre amarilla, la encefalitis japonesa y el virus del Nilo Occidental. Esto podría tener un impacto significativo en la salud global, ya que estas enfermedades pueden causar enfermedades graves e incluso la muerte.
En conclusión, se prevé que el cambio climático exponga a nuevas poblaciones a una variedad de enfermedades transmitidas por vectores, lo que podría tener un impacto significativo en la salud global.