La resiliencia de los bosques también es importante para mantener los servicios ecosistémicos, como proporcionar hábitat para la vida silvestre, regular la calidad y cantidad del agua y absorber dióxido de carbono de la atmósfera.
Varias características clave que hacen que un bosque sea resiliente a las perturbaciones. Estas características incluyen:
Diversidad de especies: Los bosques con una mezcla diversa de especies de árboles y otras plantas son más resistentes a las perturbaciones porque pueden soportar mejor la pérdida de cualquier especie.
Diversidad estructural: Los bosques con una variedad de tamaños y edades de árboles son más resistentes a las perturbaciones porque es menos probable que sean completamente aniquilados por un solo evento.
Suelos sanos: Los bosques con suelos sanos son más resistentes a las perturbaciones porque pueden soportar mejor el crecimiento de árboles y otras plantas.
Conectividad: Los bosques que están conectados con otros bosques son más resistentes a las perturbaciones porque pueden proporcionar una fuente de recolonización para especies que pueden haberse perdido en el área afectada.
Algunos ejemplos adicionales de bosques resilientes incluyen:
Selvas tropicales: Los bosques tropicales albergan una increíble diversidad de vida vegetal y animal y son más resistentes a las perturbaciones porque tienen un nivel tan alto de redundancia en su funcionamiento que el ecosistema puede recuperarse.
Bosques templados: Los bosques templados también son muy resistentes a las perturbaciones, debido en parte a la diversa vegetación del sotobosque.
Bosques boreales: Los bosques boreales son más resistentes a las perturbaciones porque están dominados por árboles coníferos, como pinos, abetos y abetos, que están bien adaptados a climas fríos y pueden regenerarse rápidamente después de una perturbación.
La creación de bosques resilientes también es esencial para mitigar el cambio climático. Los bosques almacenan grandes cantidades de carbono y, cuando se alteran, ese carbono se libera a la atmósfera. Al proteger y gestionar los bosques, podemos ayudar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mitigar los efectos del cambio climático.