Similitudes:
Estructura de la retina:Tanto los humanos como los monos tienen células cónicas en la retina responsables de la visión de los colores. Hay tres tipos de células cónicas:sensibles a longitudes de onda corta (conos S), sensibles a longitudes de onda media (conos M) y sensibles a longitudes de onda largas (conos L). Estos conos son responsables de detectar diferentes rangos de longitudes de onda, contribuyendo a la percepción del color.
Tricromacia:Los humanos y la mayoría de los monos del Viejo Mundo, como los macacos, son tricromáticos, lo que significa que tienen tres tipos de conos funcionales. Esto permite la percepción de una amplia gama de colores.
Discriminación de color:los humanos y los monos tienen la capacidad de discriminar entre diferentes tonos, intensidades y saturaciones de colores. Pueden distinguir colores básicos como rojo, verde, azul, amarillo y colores más complejos como naranja, morado y turquesa.
Diferencias:
Sensibilidad máxima:La sensibilidad máxima a la longitud de onda de los conos en humanos y monos puede variar ligeramente. Esto puede dar lugar a pequeñas diferencias en la forma en que se perciben y discriminan determinados colores.
Daltonismo:algunos primates, como los monos del Nuevo Mundo, son dicromáticos, lo que significa que tienen sólo dos tipos de conos funcionales. Esta limitación afecta su capacidad para distinguir ciertos colores, particularmente el rojo y el verde, que pueden parecer del mismo tono.
Teoría del proceso oponente:los humanos experimentan la visión del color a través de la teoría del proceso oponente, donde las señales de los conos se procesan en pares:rojo-verde, azul-amarillo y negro-blanco. Si bien es probable que los monos tengan un proceso oponente similar, puede haber variaciones en los mecanismos neuronales específicos involucrados.
Variaciones en la sensibilidad:diferentes especies de monos pueden exhibir variaciones en sus capacidades de percepción del color, influenciadas por factores como adaptaciones ecológicas y presiones evolutivas.
En general, si bien existen similitudes en la forma en que los humanos y los monos perciben los colores, también hay que considerar algunas variaciones y diferencias específicas de cada especie.