Obtener permiso para construir un vertedero requiere pasar por un proceso regulatorio complicado. Las regulaciones federales restringen el desarrollo de vertederos en algunos lugares, incluidos humedales, zonas inundables y áreas con suelo inestable. Si bien los vertederos no están necesariamente prohibidos en esos lugares, deben cumplir estándares de desempeño más estrictos.
Además, los vertederos nuevos o ampliados ubicados cerca de los aeropuertos deben demostrar que no crearán un peligro para las aves para las aeronaves, una restricción que ha impedido que se construyan algunos proyectos de vertederos [fuente:Walsh y O'Leary].
Una empresa que quiera construir un vertedero debe cumplir con las regulaciones federales, así como con las del estado donde se encuentra el sitio. En Wisconsin, por ejemplo, existen reglas que prohíben colocar vertederos cerca de arroyos, lagos y estanques, y prohibirlos cerca de carreteras y parques, a menos que haya barreras o jardines que bloqueen la vista [fuente:Walsh y O'Leary].
Obtener la aprobación de un vertedero requiere mucha investigación cuidadosa, ya que cosas como los contornos del terreno y las formaciones geológicas bajo tierra pueden afectar si un sitio es adecuado para enterrar basura [fuente:Walsh y O'Leary].
Los desarrolladores de vertederos también deben notificar al público y celebrar una audiencia pública, y es posible que tengan que lidiar con la oposición de vecinos y miembros del público que no quieren que se entierre basura cerca [fuente:Walsh y O'Leary].