Crédito:CC0 Dominio público
Hemos visto cada vez más la sostenibilidad ambiental en los titulares de las noticias, ya que los gobiernos de todo el mundo buscan abordar los problemas del cambio climático. Como resultado, ahora todos somos más conscientes de cómo varios aspectos de nuestras sociedades pueden tener un efecto negativo en el ecosistema.
Pero no son solo las fábricas y los vehículos que expulsan contaminantes a la atmósfera los que dañan el medio ambiente:los sistemas alimentarios modernos y, de hecho, los alimentos que consumimos también son factores importantes.
Haciendo un balance
Según la Asociación de Dietistas del Reino Unido (BDA), hasta el 30% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero están relacionadas con la producción de alimentos y la agricultura. Los sistemas alimentarios actuales también contribuyen a la degradación del suelo, el desperdicio y la pérdida de hábitats.
Con estas cosas en mente, es importante que tratemos de asegurar que la salud de nuestra población y el estado del medio ambiente puedan ser equilibrados. Creo apasionadamente en la creación de dietas y sistemas alimentarios saludables y sostenibles que nos beneficien a nosotros mismos y al planeta. Debemos apuntar a apoyar dietas saludables y sostenibles que satisfagan tanto las necesidades del medio ambiente como una buena salud nutricional.
¿Qué podemos hacer?
Muy a menudo, las personas sienten que cualquier cosa que hagan para ser más sostenibles es solo una gota en el océano en comparación con el esquema más amplio de las cosas. Sin embargo, todos podemos hacer cosas en nuestra vida cotidiana que ayudarán.
Para empezar, podemos reducir la cantidad de alimentos que desperdiciamos. La BDA dice que 10 millones de toneladas de alimentos se desperdician en el Reino Unido cada año, y el 71% de esa cifra consiste en desechos domésticos. Sin embargo, con un poco de previsión, es posible gestionar nuestro desperdicio de alimentos de manera más efectiva, lo que también puede ayudarnos a ser más rentables. Usar las sobras en nuestras comidas semanales y guardar los alimentos hasta la fecha de caducidad son solo dos formas de reducir la cantidad de alimentos que llegan a la basura. Planificar su compra semanal y no comprar artículos en exceso también reducirá la cantidad de desperdicio.
Los supermercados producen toneladas de envases para alimentos al año, lo que no es nada despreciable. Podemos reducir esto con métodos simples y prácticos, como recipientes reutilizables para almacenar nuestro almuerzo cuando estamos en el trabajo. Usar nuestra propia botella de bebidas llena de agua del grifo en lugar de comprar bebidas embotelladas también ayudará a reducir el empaque.
Cambio de dieta
Las dietas y los sistemas alimentarios deben ser sostenibles y eso puede resultar en cambios en los tipos de alimentos que comemos. Por ejemplo, reducir el consumo de carne y moderar la ingesta de productos lácteos se consideran formas de apoyar las cargas ambientales del sistema alimentario. Para conocer las recomendaciones dietéticas ambientalmente sostenibles del Reino Unido, consulte One Blue Dot.
Además, los cultivos genéticamente modificados, los cultivos orgánicos, las alternativas a la carne y los reemplazos de grasa animal se están investigando actualmente para ver si podrían ser partes importantes de nuestras dietas futuras.
Al mismo tiempo, se debe defender al público el cambio de nuestras dietas para ayudar a proteger el mundo y sus habitantes, sin dejar de ser conscientes de la cultura y las tradiciones. Por ejemplo, los productos modificados genéticamente y los alimentos a base de insectos generalmente no han sido bien recibidos en la prensa, a pesar de los argumentos positivos sobre su importancia ambiental.
Si bien la ciencia puede señalar una forma, no es suficiente por sí sola. Ganar corazones y mentes puede ser tan importante en los próximos años como la propia investigación. Las dietas vegetarianas pueden ser mejores para el planeta, pero la dieta mediterránea es la que realmente adoptarán los omnívoros