Durante miles de años, el hombre ha dominado, o al menos ha intentado dominar, el recurso útil del fuego. Al generar luz y calor, el fuego tiene muchos usos y podría proporcionar más beneficios a las personas hoy en día que en cualquier otro momento de la historia. Sin embargo, cuando no se controla, el fuego puede causar gran destrucción y lesiones.
Fuente de Luz y Calor
Mucho antes de que se inventara el gas y la electricidad, las personas dependían del fuego para la luz y el calor. Con la amplia gama de inventos generadores de luz y calor disponibles en la actualidad, el fuego como fuente de luz y calor tiende a reservarse para chimeneas, antorchas tiki, campings y parrillas. La electricidad es un recurso más barato que el combustible para el fuego. La electricidad también es más fácil de controlar.
Energía para hogares e industrias
La electricidad que alimenta nuestros hogares proviene de las centrales eléctricas, la mayoría de las cuales tienen fuego en el centro de la producción. Las plantas de energía utilizan generadores que utilizan fuego para el procesamiento. Estas centrales eléctricas generan mayores cantidades de electricidad que las fuentes de energía eólica o solar, pero también causan un mayor daño al medio ambiente. Carbón y otros tipos de combustibles fósiles utilizados para emitir contaminantes cuando se queman.
Beneficios para el medio ambiente
Los incendios que se producen en la naturaleza pueden restaurar el equilibrio ecológico y facilitar la regeneración. Con el tiempo, los suelos de los bosques se llenan de escombros y se ahogan debido a la espesa maleza que compite con los árboles por nutrientes y agua. La vida silvestre puede incluso ser desplazada de su hábitat natural. Incendios de baja intensidad limpian los pisos del bosque con un daño mínimo a los árboles. Los incendios también pueden eliminar los bosques de infestaciones de insectos y enfermedades potenciales.
En la actualidad, los incendios forestales de baja intensidad a menudo se inician intencionalmente para adelantarse a los más grandes y destructivos que pueden ocurrir en regiones propensas a incendios.
Los peligros y daños del fuego
Los incendios requieren que se encienda el oxígeno y el combustible. Con el oxígeno presente en el aire, el cableado eléctrico defectuoso, las colillas de cigarrillos, la electricidad estática e incluso la luz solar concentrada pueden actuar como combustible y puede comenzar un incendio destructivo. Los incendios se vuelven más letales por el humo y los gases tóxicos emitidos por los materiales consumidos. Según la Administración de Incendios de EE. UU. (Parte de FEMA), hubo 1.3 millones de incendios en 2015 que provocaron 3.280 muertes, 15.700 lesiones y más de $ 14 mil millones en daños.