Los humanos llenan la Tierra, con una población de más de 7 mil millones. Los gusanos redondos son animales más abundantes, nativos incluso de la Antártida. Sin embargo, los microorganismos son ubicuos. Los microbiólogos los han localizado en casi todas partes del planeta. Encontrar microorganismos no es fácil, ya que deben verse con aumento. Se han descubierto bacterias, hongos y otros organismos unicelulares en áreas comunes y en lugares extremos.
Mirar hacia adentro
Las bacterias son microorganismos extremadamente comunes. A pesar de que son conocidos por causar enfermedades graves como la neumonía, la meningitis y el síndrome de shock tóxico, solo el 3 por ciento de las bacterias son activamente dañinas para las personas o los animales. El cuerpo humano tiene alrededor de 100 billones de bacterias, y la mayoría vive en la piel y dentro del sistema digestivo. Las bacterias inofensivas en la piel se protegen de otros microbios al liberar proteínas tóxicas. Esto no solo mantiene a las bacterias seguras; evita que microbios peligrosos entren en el sistema humano. En los intestinos, las bacterias ayudan en la digestión, acceden a los nutrientes y dificultan el crecimiento de bacterias dañinas.
Los novatos
A finales de la década de 1970, los científicos descubrieron que los microorganismos considerados bacterias eran en realidad una vida diferente forma: archaea. Estos organismos viven en condiciones severas donde no se encuentran bacterias y animales. Por ejemplo, las arqueas que viven en el océano viven cerca de respiraderos donde las temperaturas exceden los 212 grados Fahrenheit, el punto de ebullición del agua. Algunos viven en aguas termales, como los que se encuentran en el Parque Nacional de Yellowstone. Otros sobreviven en lo profundo de la Tierra dentro de los depósitos de petróleo. Sobre el suelo, las arqueas viven en los sistemas digestivos de las vacas, donde producen metano.
Sólido como una roca
Para proporcionar más evidencia de ubicuidad, algunos microorganismos, endolitos, están dentro de las rocas o entre granos de minerales. Estas bacterias, hongos o arqueas se encuentran tanto arriba como debajo de la superficie de la Tierra. Debido a sus hogares únicos, algunos endolitos son autótrofos, produciendo su propia comida a partir de la materia circundante. Un endolito común es un tipo de liquen antártico que crece dentro de la piedra arenisca. Los endolitos de la biosfera profunda viven millas bajo el fondo del océano donde la temperatura y la presión son severas y no hay luz y aire.
Explosión del pasado
No solo los microorganismos están en lugares únicos, también pueden ser encontrado en el pasado Durante la década de 1990, se descubrieron esporas bacterianas dentro del sistema digestivo de las abejas atrapadas en ámbar, que es resina de árbol fosilizado. Las muestras datan de hace 30 millones de años. Investigadores de la Universidad Estatal Politécnica de California intentaron revivir la bacteria y, durante varios años, repitieron la prueba tras la prueba para mostrar que las bacterias antiguas estaban funcionando nuevamente. Sin embargo, algunos científicos cuestionaron si las muestras se contaminaron con bacterias modernas.