Esta imagen muestra los anillos de crecimiento de una especie de árbol desconocida en el zoológico de Bristol en el Reino Unido. Los anillos de los árboles registran las condiciones ambientales en el año en que se forman. Mediante análisis isotópico de carbono, estos registros también pueden arrojar luz sobre el clima espacial. Crédito:Arpingstone / Wikimedia, Dominio publico
El sol emite constantemente una corriente de partículas energéticas, algunos de los cuales llegan a la Tierra. La densidad y la energía de esta corriente forman la base del clima espacial, que puede interferir con el funcionamiento de satélites y otras naves espaciales. Una cuestión clave sin resolver en el campo es la frecuencia con la que el sol emite ráfagas de partículas energéticas lo suficientemente fuertes como para desactivar o destruir la electrónica espacial.
Una vía prometedora para determinar la tasa de tales eventos es el registro dendrocronológico. Este enfoque se basa en el proceso por el cual una partícula energética solar (SEP) golpea la atmósfera, provocando una reacción en cadena que resulta en la producción de un átomo de carbono-14. Posteriormente, este átomo puede incorporarse a la estructura de un árbol; por lo tanto, la concentración de átomos de carbono 14 en un anillo de árbol puede indicar la tasa de impacto de los SEP en un año determinado.
Hasta la fecha, Tres eventos de producción extrema de SEP están bien descritos en la literatura, ocurriendo aproximadamente en los años 660 a. C., 774–775 CE, y 992–993 CE. Cada evento fue aproximadamente un orden de magnitud más fuerte que cualquier otro medido en la era de la exploración espacial. Miyake y col. describir tal evento, que ocurrió entre 5411 a. C. y 5410 a. C. Debido a este estallido, El carbono 14 atmosférico aumentó un 0,6 por ciento año tras año en el hemisferio norte y se mantuvo durante varios años antes de caer a niveles típicos.
Los autores dedujeron la presencia de este evento utilizando muestras recolectadas de árboles en tres lugares muy dispersos:un pino bristlecone en California, un pino escocés en Finlandia, y un alerce europeo en Suiza. Cada muestra tenía sus anillos de árboles individuales separados, y el material de cada anillo se sometió a espectrometría de masas con acelerador para determinar su contenido de carbono 14.
Usando métodos estadísticos, los investigadores identificaron un patrón de pequeñas fluctuaciones de carbono 14 consistente con el ciclo solar de 11 años del sol; el evento registrado en el anillo de los árboles ocurrió durante un tiempo de máximo solar. Notablemente, otra evidencia sugiere que el sol también estaba pasando por un período de décadas de actividad creciente.
Si una explosión extrema de SEP es de hecho la causa del carbono-14 adicional, entonces estas observaciones podrían ayudar a pronosticar eventos futuros. Sin embargo, Las mediciones de los anillos de los árboles no pueden descartar otras causas extraterrestres, como una explosión de supernova cercana. La confirmación requerirá mediciones isotópicas de berilio y cloro tomadas de núcleos de hielo, según los autores.
Esta historia se vuelve a publicar por cortesía de Eos, alojado por la American Geophysical Union. Lea la historia original aquí.