Interferograma que muestra el desplazamiento cosísmico de la superficie en el área de Oaxaca, México, generado a partir de múltiples escaneos Sentinel-1, antes y después del terremoto del 23 de junio. Al combinar datos de la misión Copernicus Sentinel-1, adquirido antes y después del terremoto, Los cambios en el terreno que ocurrieron entre las dos fechas de adquisición conducen a patrones de interferencia coloridos en las imágenes, conocido como "interferograma", permitiendo a los científicos cuantificar el movimiento del suelo. Crédito:contiene datos de Copernicus Sentinel modificados (2020), procesado por la ESA, CC BY-SA 3.0 OIG
En la mañana del 23 de junio de 2020, un fuerte terremoto sacudió el estado sureño de Oaxaca, México. El terremoto de magnitud 7,4 provocó evacuaciones en la región, provocó una alerta de tsunami y dañó miles de casas. Datos de radar satelital, de la misión Copernicus Sentinel-1, se están utilizando para analizar los efectos del terremoto en tierra.
México es una de las regiones con mayor actividad sísmica del mundo, sentado sobre tres de las placas tectónicas más grandes de la Tierra:la norteamericana, Cocos, y Pacífico. Cerca de la región sur de México, la placa norteamericana choca con la placa Cocos, que es forzado bajo tierra en una zona de subducción. Este proceso geológico está asociado con muchos de los terremotos dañinos en la costa del Pacífico de México, incluido el más reciente el 23 de junio.
El terremoto reportado en la región de Oaxaca ocurrió a las 10:29 hora local, con epicentro ubicado a unos 12 km al suroeste de Santa María Zapotitlán. Varias réplicas de gran alcance se registraron el mismo día, con cinco más registrados en las siguientes 24 horas.
Si bien actualmente no hay forma de predecir cuándo ocurrirán los terremotos, Las imágenes de radar de los satélites permiten observar los efectos de los terremotos. Desde su lanzamiento, la misión Copernicus Sentinel-1 ha demostrado ser un magnífico sistema para medir la deformación de la superficie causada por la tectónica, erupciones volcánicas y hundimientos de tierra.
En las figuras de la izquierda, datos del satélite Sentinel-1A y Sentinel-1B, adquirido poco antes y después del terremoto, se han combinado para medir el desplazamiento cosísmico de la superficie, o cambios en el suelo, que ocurrió entre las dos fechas de adquisición. Esto conduce al patrón de interferencia de colores (o franja) conocido como interferograma, lo que permite a los científicos cuantificar el desplazamiento de la superficie.
Ramón Torres, Gerente de proyecto Copernicus Sentinel-1, explica, "El interferograma representa el desplazamiento de la superficie en la línea de visión del radar, es decir, la mitad de la longitud de onda del radar. La distancia entre el ciclo de interferencia, de amarillo a amarillo, corresponde a una deformación de 28 mm en la línea de visión del radar. Por ejemplo, un ciclo de color azul-verde-rojo representa un movimiento relativo hacia el radar, mientras que un ciclo de color rojo-verde-azul significa una deformación lejos del radar. Los flecos se pueden desenvolver para permitir la conversión a metros. El resultado, denominado mapa de desplazamiento de superficie, muestra la deformación relativa causada por el terremoto ".
Desplazamiento medido en la línea de visión del radar desde las pasadas descendente (superior) y ascendente (inferior). Crédito:datos de Copernicus Sentinel (2020), procesado por la ESA, CC BY-SA 3.0 OIG
En las imágenes de Oaxaca, Se observó una deformación del suelo de hasta 0,45 m en la ciudad costera de La Crucecita, donde se ubicó el epicentro.
Con su franja de 250 km de ancho sobre superficies terrestres, la misión Copernicus Sentinel-1 ofrece a los científicos una visión amplia del desplazamiento, permitiéndoles examinar el desplazamiento del suelo y desarrollar aún más el conocimiento científico de los terremotos.
Al beneficiarse de la disponibilidad de imágenes Sentinel-1A y Sentinel-1B, Los científicos pueden cuantificar el movimiento del suelo tanto en dirección vertical como de este a oeste al combinar los escaneos de radar obtenidos mientras los satélites volaban tanto de sur a norte como de norte a sur.
Si bien las misiones de radar actuales tienen limitaciones para medir el componente este-oeste del desplazamiento de superficie, la misión candidata de Earth Explorer propuesta, Armonía, aumentará las capacidades al agregar líneas de visión adicionales a la misión Sentinel-1.
En áreas donde el desplazamiento es predominantemente en dirección norte-sur, Harmony tendrá la capacidad de medir de manera sistemática y precisa una dimensión adicional del desplazamiento. Esto ayudará a resolver ambigüedades en los procesos geofísicos subyacentes que conducen a terremotos, deslizamientos de tierra y vulcanismo.
Mirando hacia el futuro, las próximas seis misiones candidatas de alta prioridad ampliarán las capacidades actuales de las misiones Sentinel, uno de ellos es el radar de apertura sintética de banda L, ROSA-L, misión, lo que también aumentará las capacidades actuales de Sentinel-1. La misión permitirá a los científicos mejorar aún más el mapeo de terremotos durante la próxima década.
Ramón Torres dice:"Los servicios de Sentinel-1 están muy bien garantizados durante las próximas décadas. Los próximos Sentinel-1C y Sentinel-1D están en proceso de finalización, y el diseño de la próxima generación de satélites comenzará a finales de este año ".