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Un equipo de investigadores de la Universidad de Duke y la Universidad de Princeton ha descubierto que es posible utilizar la pérdida de resiliencia como una señal de alerta temprana para predecir la probabilidad de mortalidad forestal. En su artículo publicado en la revista Naturaleza Cambio Climático , Yanlan Liu, Mukesh Kumar, Gabriel Katul y Amilcare Porporato describen su estudio de los bosques de California utilizando datos de satélites y lo que aprendieron de ellos.
A medida que el planeta continúa calentándose debido a la actividad humana, Los científicos continúan estudiando los posibles impactos de un medio ambiente cambiante. Un impacto conocido es la pérdida de bosques:a medida que el planeta se calienta, los patrones climáticos cambian. Algunas áreas se calientan y se secan, haciendo más difícil o imposible la supervivencia de los bosques. Investigaciones anteriores han demostrado que, en algunos casos, Es posible evitar que un bosque muera reduciendo árboles o arbustos; hacerlo significa menos compartir el agua en el suelo. Pero para que los administradores de la tierra salven un bosque, necesitan saber que está en peligro. Desafortunadamente, advertencias de los árboles (hojas pardas, por ejemplo) tienden a llegar demasiado tarde. En este nuevo esfuerzo, los investigadores han encontrado una manera de sentir que un bosque está en problemas con meses de anticipación, permitiendo que se tomen medidas de reanimación.
El trabajo consistió en buscar la pérdida de resistencia de un bosque en lugar de signos de estrés evidente. Una forma de verlo es observando los cambios en la radiación reflejada y emitida de un bosque en los datos del satélite Landsat 7. El equipo estudió datos del satélite para el período 1999 a 2015, que cubrió dos sequías en California. Al observar los cambios que ocurrieron a medida que avanzaban las sequías y luego comparar lo que encontraron con las áreas forestales que murieron, pudieron ver señales de advertencia. Descubrieron que el uso de dicha tecnología, pudieron ver evidencia de pérdida de resiliencia desde seis meses antes de la pérdida de verdor, en algunos casos, en otros casos, el plazo era de hasta 19 meses. Los investigadores creen que su sistema de alerta temprana podría usarse para alertar a los administradores de tierras locales sobre posibles pérdidas forestales a tiempo para que tomen medidas para salvarlos.
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