Con la ayuda de buzos, investigadores analizaron muestras de gas y agua de CO natural 2 se filtra en el fondo del océano. Crédito:Christian Howe
Inyectar dióxido de carbono (CO 2 ) en las profundidades del lecho marino podría ser una estrategia importante para mitigar el cambio climático, según algunos expertos. Sin embargo, los científicos necesitan una forma confiable de monitorear tales sitios para detectar fugas de gases de efecto invernadero. Ahora, investigadores que informan en la revista de ACS Ciencia y tecnología ambiental han estudiado fuentes naturales de CO 2 liberación frente a las costas de Italia, utilizando lo que aprendieron para desarrollar modelos que podrían aplicarse a futuros sitios de almacenamiento.
La empresa multinacional de energía Equinor opera un CO 2 instalación de captura y almacenamiento que inyecta alrededor de 1 megatón por año de gas de efecto invernadero en un acuífero de arenisca en alta mar muy por debajo de las aguas noruegas. El almacenamiento submarino del gas presenta menos riesgo para los humanos en caso de fugas accidentales en comparación con el almacenamiento en tierra porque el vasto océano actúa como un amortiguador para el CO liberado. 2 . Sin embargo, el gas filtrado puede disolverse en el agua del océano, disminuyendo el pH y potencialmente dañando el ecosistema marino local. En la actualidad, Los científicos carecen de un método establecido para identificar y cuantificar múltiples CO 2 las fugas se extienden por una región del fondo del océano. Por lo tanto, Jonas Gros y sus colegas investigaron los cambios de pH cerca del CO natural 2 se filtra en las cercanías de Panarea, una pequeña isla frente a la costa del norte de Sicilia.
Los investigadores utilizaron buzos y despliegues de instrumentos en barcos para recolectar muestras de gas y agua del CO submarino. 2 penachos. El equipo utilizó estos datos para validar un modelo informático que desarrollaron para predecir los cambios de pH del agua como resultado de la fuga del gas. Esta simulación indicó que más del 79% del CO 2 disuelto a 4 metros del fondo marino. El equipo descubrió que el modelo podía predecir un patrón de variación de pH en las aguas que rodean el sitio de la fuga que era similar a los datos reales recopilados por sensores remolcados bajo el agua. El nuevo modelo podría usarse para guiar las estrategias de muestreo durante el monitoreo de rutina de los sitios de almacenamiento y para estimar los impactos del CO 2 liberaciones al medio marino local.