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    Detector electroóptico reversible para detección ambiental de contaminantes

    Polímero de coordinación como sensor de acetonitrilo. Crédito:Scixel

    El aumento de las emisiones de compuestos orgánicos volátiles (COV) y su impacto resultante en la calidad del aire y el agua se ha convertido en una de las principales preocupaciones ambientales de nuestra época. especialmente en sociedades industrializadas. Algunos COV se identifican como altamente tóxicos o cancerígenos, y puede tener un impacto en la salud humana y en el ecosistema natural. Los COV se emiten por el uso de muchos productos domésticos cotidianos, lo que hace que el control de sus emisiones sea particularmente difícil y crítico. Uno de estos COV es el acetonitrilo, que se utiliza principalmente como disolvente orgánico en procesos de extracción, y también se usa comúnmente para teñir textiles, como limpiador de metales y para aplicaciones de baterías. La exposición al acetonitrilo se produce principalmente por inhalación y contacto dérmico en lugares de trabajo en los que se produce o utiliza acetonitrilo. Los estudios toxicológicos han proporcionado pruebas suficientes de que niveles elevados de acetonitrilo inducen una potencial neurotoxicidad, náusea, actividad motora deteriorada, respiración superficial y / o irregular y, en casos extremos, muerte.

    En la actualidad, Se emplean técnicas analíticas altamente sensibles para la cuantificación precisa de COV, a menudo basado en la absorción óptica, recuento de partículas o espectrometría de masas. Sin embargo, estas técnicas tienen algunos inconvenientes, como su baja portabilidad, selectividad restringida, Pasos de pretratamiento complejos y que requieren mucho tiempo, necesidad de operadores altamente calificados y alto costo. Para superar estas limitaciones y explorar alternativas más rentables, Dichos polímeros de coordinación han atraído una gran atención en el desarrollo de dispositivos de detección de próxima generación. Estos materiales pueden albergar COV a través de un proceso de difusión a través de la red cristalina. Este proceso puede producir una respuesta fácil de medir debido a la variación de las propiedades de estos materiales, lo que los convierte en quimiosensores útiles. Específicamente, estos quimiosensores podrían mostrar un cambio fácilmente detectable en casi cualquier propiedad fisicoquímica, como en la emisión luminiscente, la conductividad eléctrica, el comportamiento magnético e incluso un cambio de color a simple vista.

    El polímero de coordinación expuesto al acetonitrilo provoca un cambio de color y un cambio brusco en la conductividad eléctrica del material. Crédito:Esther Resines

    Los grupos del profesor Enrique Burzurí y del profesor J. Sánchez Costa de IMDEA Nanociencia proponen el uso de un polímero de coordinación simple no poroso que muestra una transición magneto-estructural bajo desorción / absorción de moléculas de acetonitrilo en la estructura. Este cambio reversible produce una respuesta medible en presencia de acetonitrilo. Esta respuesta se produce en forma de un cambio en el color del polímero de naranja a amarillo y un aumento brusco de la conductividad eléctrica. Ambas respuestas se observan fácilmente a simple vista o se miden fácilmente. proporcionando una ventaja obvia sobre otras técnicas analíticas costosas. Es más, estas respuestas ocurren a temperaturas bien definidas cercanas a las condiciones ambientales. Hoy dia, hasta donde sabemos, este es el primer ejemplo de un material basado en moléculas que muestra todas estas propiedades legibles macroscópicas de una vez.


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