La antigua Mesopotamia, conocida por los historiadores como la cuna de la humanidad, fue la primera civilización establecida en el mundo. Mesopotamia significa "la tierra entre dos ríos" y, a medida que la humanidad crecía y florecía a lo largo de las orillas de estos ríos, los antiguos sabían tanto de la ira como de los frutos de su entorno natural.
Controlando los Elementos
Los éxitos y el botín de la antigua civilización mesopotámica se pueden atribuir por completo al flujo y reflujo de sus dos grandes ríos: el Tigris y el Éufrates. La naturaleza destructiva e industriosa de las aguas vivificadoras se convirtió en el centro de la supervivencia de la población de Mesopotamia. El crecimiento y la expansión del estado se volvieron completamente dependientes de las inundaciones estacionales graduales controladas de los ríos, así como de los sistemas de irrigación artificiales. Bajo el reinado del gobernante acadio Sargan, se organizó el primer ejército reclutado para proporcionar mano de obra para proyectos de control de inundaciones. Bajo su mandato, se construyeron canales y canales para controlar la embestida de las inundaciones estacionales mediante el desvío del agua y la gradualización del flujo.