Hay varias razones por las que las escuelas pueden estar subestimando el número de estudiantes sin hogar. Una razón es que los estudiantes sin hogar pueden ser reacios a identificarse como tales. Es posible que teman ser estigmatizados o discriminados, o puede que simplemente no sepan que califican como personas sin hogar. Otra razón es que es posible que las escuelas no estén utilizando métodos eficaces para identificar a los estudiantes sin hogar. Por ejemplo, las escuelas solo pueden preguntar a los estudiantes sobre el estado de su vivienda durante la inscripción, lo que significa que es posible que no se identifique a los estudiantes que se quedan sin hogar después de que comienza el año escolar.
La subestimación de los estudiantes sin hogar tiene varias consecuencias. Una consecuencia es que es posible que los estudiantes sin hogar no reciban los servicios que necesitan. Los estudiantes sin hogar tienen más probabilidades de experimentar dificultades académicas, problemas de salud y problemas de salud mental que sus compañeros alojados. También tienen más probabilidades de abandonar la escuela. Si las escuelas no identifican con precisión a los estudiantes sin hogar, no pueden garantizar que estos estudiantes reciban los servicios que necesitan para tener éxito.
Otra consecuencia de subestimar a los estudiantes sin hogar es que puede generar datos inexactos sobre la prevalencia de la falta de hogar entre niños y jóvenes. Estos datos se utilizan para tomar decisiones sobre la financiación de servicios para personas sin hogar, por lo que si los datos son inexactos, puede resultar en que los niños y jóvenes sin hogar no obtengan los recursos que necesitan.
Hay una serie de cosas que las escuelas pueden hacer para mejorar la identificación de estudiantes sin hogar. Una cosa es crear un ambiente acogedor y de apoyo donde los estudiantes se sientan cómodos hablando sobre su situación de vivienda. Otra cosa es capacitar al personal sobre cómo identificar a los estudiantes sin hogar y brindarles recursos para ayudarlos. Finalmente, las escuelas pueden trabajar con socios comunitarios, como refugios para personas sin hogar y agencias de servicios para jóvenes, para identificar a los estudiantes sin hogar y conectarlos con los servicios.
Al tomar estas medidas, las escuelas pueden ayudar a garantizar que todos los estudiantes sin hogar tengan la oportunidad de triunfar.