Cuando diseña un sistema de calefacción, a menudo es necesario convertir las mediciones comúnmente utilizadas con su fuente de energía y la unidad, generalmente unidades térmicas británicas o unidades de calor, para medir el calor de salida. Si está convirtiendo libras de vapor, por ejemplo, puede usar una simple regla general para una estimación rápida o multiplicar por un factor de conversión para obtener el número exacto.
El factor de conversión
El calentamiento con vapor se ha utilizado durante mucho tiempo, por lo que su relación con BTU, caballos de fuerza y otras mediciones está bien establecida. Para el vapor de baja presión que se usa típicamente en los sistemas de calefacción, esa relación es de 1,194 BTU por cada libra de vapor que proporciona el sistema. Si su caldera suministra 400 libras de vapor por hora, por ejemplo, usted multiplicaría 400 libras por 1,194 para llegar a una cifra de 477,600 BTU. A partir de ahí, deberá calcular la mejor forma de distribuir ese potencial de calefacción en toda su estructura, lo que implica un conjunto diferente de cálculos.
La regla de oro
Dado que el factor de conversión real es de 1.194 BTU por libra de vapor no es conveniente para las matemáticas mentales, a menudo es útil redondear hasta 1,000 BTU por libra. Este cálculo rápido es útil de varias maneras. Si está decidiendo entre calderas de diferentes capacidades, por ejemplo, esa matemática mental rápida puede decirle qué caldera está más cerca de satisfacer sus necesidades. También le proporciona un control mental rápido de sus cálculos: si divide sus BTU por 1,000 y el número que obtiene no es similar al número de libras de vapor con el que está trabajando, es probable que haya un error en sus cálculos. Cuantas más libras de vapor haya en su sistema, menos precisa será esta estimación aproximada, por lo que debe seguir calculando los números reales.