Esto es lo que pasa:
1. Movimiento de placa: Las placas se mueven constantemente, empujan, tiran o se deslizan entre sí.
2. Zonas de falla: Estos movimientos ocurren a lo largo de las zonas de falla, que son roturas en la corteza terrestre.
3. Fricción: Las rocas a ambos lados de la falla experimentan fricción, resistiendo el movimiento. Esta fricción mantiene las placas en su lugar, incluso cuando se acumula el estrés.
4. Acumulación de cepas: A medida que las placas continúan moviéndose, el estrés en las rocas aumenta, lo que hace que se deforman y almacenen energía como un resorte comprimido.
5. Límite elástico: Las rocas solo pueden soportar una cierta cantidad de tensión antes de alcanzar su límite elástico.
6. Lanzamiento repentino: Una vez que se excede el límite elástico, las rocas se rompen repentinamente, liberando la energía almacenada en forma de ondas sísmicas. Esto es lo que experimentamos como un terremoto.
En esencia, la energía almacenada en la roca a lo largo de las fallas se libera como terremotos. Cuanto más larga se acumula la tensión, más energía se almacena y más fuerte es el terremoto resultante.
Aquí hay algunos puntos importantes para recordar:
* La cantidad de energía almacenada depende del tipo de falla, la velocidad de movimiento de la placa y la resistencia de las rocas.
* No todos los movimientos de falla dan como resultado terremotos. A veces, el estrés se libera lenta y gradualmente, sin causar una ruptura repentina.
* El área donde se origina el terremoto se llama hipocentro, y el punto en la superficie de la Tierra directamente sobre el hipocentro se llama epicentro.
Comprender cómo el movimiento de la placa almacena energía a lo largo de fallas es crucial para predecir y mitigar los impactos de los terremotos.