Evidencia directa:
* muestras de roca: Los geólogos estudian rocas de la superficie de la Tierra y desde el fondo del interior de la tierra (obtenida a través de erupciones mineras o volcánicas). Estas muestras proporcionan información sobre la composición y la estructura de las capas de la Tierra.
* Proyectos de perforación profunda: Proyectos como el pozo de Kola Superdeep, aunque no alcanzan el manto, han perforado varios kilómetros en la corteza terrestre, proporcionando ideas sobre su estructura y composición.
* Erupciones volcánicas: Las erupciones volcánicas sacan materiales del manto e incluso de las capas superiores del núcleo, proporcionando pistas sobre su composición y temperatura.
Evidencia indirecta:
* ondas sísmicas: Los terremotos generan ondas sísmicas que viajan a través del interior de la Tierra. Al analizar cómo estas ondas cambian la velocidad y la dirección a medida que viajan a través de diferentes capas, podemos inferir la densidad, la composición y el estado de la materia de estas capas.
* El campo magnético de la Tierra: El campo magnético de la Tierra es generado por el movimiento del hierro fundido en el núcleo externo de la Tierra. Estudiar este campo proporciona información sobre la composición y la dinámica del núcleo.
* meteoritos: Estudiar meteoritos, que son restos del sistema solar temprano, puede ayudarnos a comprender la composición del núcleo de la Tierra, ya que se cree que tienen una composición similar.
* Gravedad y densidad: Medir la gravedad y la densidad de la Tierra nos ayuda a comprender la distribución de la masa dentro de la Tierra y la densidad relativa de sus capas.
Resumen:
Al combinar estas diversas pruebas, tenemos una bastante buena comprensión de las capas de la Tierra, su composición y sus propiedades. Sin embargo, es importante tener en cuenta que nuestro conocimiento evoluciona constantemente a medida que continuamos estudiando y aprendiendo más sobre nuestro planeta.