1. Historia sísmica: Esto se refiere a la frecuencia e intensidad de los terremotos pasados en un área particular. Los geólogos estudian registros históricos, formaciones geológicas y la distribución de fallas para comprender con qué frecuencia se han producido terremotos en el pasado y cuán fuertes han sido.
2. Actividad de falla: Las líneas de falla son fracturas en la corteza terrestre donde las masas de roca se mueven entre sí. Los geólogos evalúan la actividad de estas fallas buscando signos de movimiento reciente, como compensaciones en el paisaje, cambios en la elevación y la presencia de tipos específicos de formaciones rocosas. Las fallas activas representan un mayor riesgo de futuros terremotos.
Además de estos dos factores principales, los geólogos también consideran otros factores como:
* Densidad de población: Las áreas con alta densidad de población enfrentan un mayor riesgo de daño y bajas incluso de terremotos moderados.
* Códigos de construcción: Los códigos de construcción estrictos diseñados para resistir el agitación del terremoto pueden reducir significativamente el riesgo de daño estructural y pérdida de vidas.
* Condiciones del suelo: Ciertos tipos de suelo pueden amplificar las ondas de terremotos, causando un daño más severo.
* Límites de placa tectónica: Las áreas ubicadas cerca de los límites de la placa tectónica son generalmente más propensas a los terremotos.
Al combinar estos factores, los geólogos pueden crear mapas de riesgo de terremotos detallados que ayudan a las comunidades a prepararse y mitigar los impactos de los terremotos.