El manto es la capa rocosa en su mayoría sólida que se encuentra debajo de la corteza de la Tierra y sobre el núcleo exterior. Tiene unos 2.900 kilómetros (1.800 millas) de espesor y constituye el 84% del volumen total de la Tierra. El manto está caliente, con temperaturas que van desde alrededor de 1,000 ° C (1,800 ° F) en la parte superior a más de 4,000 ° C (7,200 ° F) en la parte inferior. A pesar del calor, la inmensa presión mantiene la mayor parte del manto en estado sólido, aunque se comporta como un fluido muy viscoso durante largos períodos. Este movimiento lento y rastrero del manto impulsa la tectónica de la placa, que da forma a la superficie de la Tierra e influye en la actividad volcánica.