Clima:
* bajas temperaturas: Las montañas experimentan temperaturas extremadamente bajas, a menudo por debajo de la congelación durante períodos prolongados. Esto dificulta el crecimiento de las plantas y limita los tipos de especies que pueden sobrevivir.
* Temporada de crecimiento corta: Las condiciones duras y la luz solar limitada significan una temporada de crecimiento más corta en comparación con las elevaciones más bajas. Esto restringe el tiempo que las plantas tienen que desarrollarse y reproducirse.
* vientos altos: Los vientos fuertes pueden dañar o desarraigar plantas, especialmente plántulas delicadas.
* Radiación UV alta: La protección menos atmosférica a altitudes más altas expone las plantas a niveles dañinos de radiación ultravioleta.
suelo:
* suelos delgados y mal desarrollados: La combinación de clima duro y erosión rápida conduce a suelos delgados y pobres en nutrientes que limitan el crecimiento de las plantas.
* Retención de baja agua: Los suelos rocosos y mal desarrollados a menudo están mal estructurados, lo que resulta en una baja retención de agua y dificultad para que las plantas absorban la humedad necesaria.
Otros factores:
* Luz limitada: La cobertura de la nube y los días más cortos reducen la disponibilidad de la luz solar, lo que impacta la fotosíntesis.
* Falta de polinizadores: Menos insectos pueden sobrevivir a altitudes más altas, limitando la polinización y la reproducción.
* Competencia: Los recursos limitados crean una intensa competencia por el espacio, la luz y los nutrientes entre las pocas especies que pueden sobrevivir.
Estos factores combinados crean un entorno duro donde solo las plantas y animales especialmente adaptados pueden prosperar. Es por eso que la vegetación en la cumbre de una montaña es típicamente escasa y consiste en especies resistentes y de bajo crecimiento como pastos, líquenes y arbustos enanos.